La mercantilización, financirización y digitalización de la naturaleza son nuevas formas de capitalismo que se añaden a las ya existentes y requieren de la creación de insólitas mercancías y productos financieros, configurando así, un capitalismo maquillado de verde o azul. Las propuestas de transición energética hacias las «energías renovables» significan para los territorios del Sur mayor explotación de minerales y combustibles fósiles, deforestación, contaminación, construcción de proyectos hidroeléctricos, eólicos o solares para dar energía las mismas actividades extractivas o satisfacer las necesidades de energía o materiales para la electromovilidad en el norte global. Nuevamente el Sur es convertido en zona de sacrificio para las falsas soluciones al cambio climático.
Los procesos de resistencia en América Latina evidencian otras formas de reconciliarse con la naturaleza, al poner en el centro al cuidado de la vida, que renuevan lo colectivo, lo comunitario, que viven la diversidad cultural, construyen soberanías y quieren decidir qué transformar, hacia dónde caminar, y con quienes tejer alianzas. A esto le llamamos una transición soberana, justa para los pueblos y la naturaleza.